Tras 11 meses reclamando atención por parte del servicio de atención al cliente de Momabike y olvido (amparado en la pandemia ...¿qué tendrá que ver, digo yo si según ellos la situación ha disparado la actividad y ventas de su empresa?) decido intentarlo de nuevo y mando una serie de correos al servicio.
Tres correos que piden respuesta a las siguientes cuestiones:
1. ¿Qué fue de aquellas reclamaciones que realicé en mayo del pasado año y que me contestaban entonces con este párrafo:
"Estamos experimentando una demanda muy fuerte, ya que la bicicleta se ha convertido en un producto estrella.Nuestro servicio está saturado. Le contestaremos en cuanto antes.
Gracias por su comprensión."
c) Purga
En sucesivos emails voy contestando a Oscar (el encargado de atender al cliente).
1) Le invito a leer el artículo publicado en este mismo blog, donde doy cuenta de los exhaustivos trabajos realizados para reparar lo que, a todas luces, es un defecto de diseño o fabricación de sus baterías. La extracción se vuelve casi imposible cuando la batería se ha calentado (lo que ocurre si la conduces con asistencias altas durante un rato). Los sistemas para sacarla (cosa que logré tres o cuatro veces, que ahora ya solo la conduzco en modo ECO, que la calienta menos) son aparatosos y echan mano de cuerdas de rafia y refrigeración de la batería mediante papel poroso empapado mientras se deja el cuadro al sol para aumentar el contraste en la dilatación y permitir que la batería se afloje).
Me ofrecen recoger la bici por paquetería (factura + empaquetado + formulario + recogida + presupuesto + gastos de devolución si lo rechazo...)
Les contesto con un refrán que me enseñó mi madre: "Para ese viaje no hacían falta tantas alforjas".
Igualmente les confieso (¿les importa?) que esperaba que se hicieran cargo de la reparación ya que la bici apenas ha sido usada (la batería empezó a empotrarse en la primera semana de uso) por la llegada del invierno y después la pandemia. Justo cumplió la garantía un mes antes de ponerla en marcha en mayo (me llegó en noviembre del año anterior). Curiosamente, la pandemia y la extraordinaria demanda de bicis eléctricas fue la excusa para demorar su reparación; pero no así para aumentar la garantía (¿recordáis que tuvimos que quedarnos en casa meses enteros?, ¿Qué más garantía de que no usamos la bici en ese tiempo?).
Yo mismo -les dije- me siento "gilipollas" al confiar en que quizá tuvieran esto en cuenta, pero "la pela es la pela", como se dice en Barcelona, donde tienen la fábrica.
2. Del enchufe de la batería ningún comentario. Es una pieza sencilla de las que, probablemente, tengan un montón en fábrica; pero nada dicen. Así me quedo... a dos velas.
3. Me son útiles los videos. Me ayudarán cuando me llegue un kit de purgado (Pedí uno de la marca zoom por AliExpress, pero la tienda está en Singapur y... ¡Un gigantesco portacontenedores está atravesado en el Canal de Suez! Confío en que me llegue antes del invierno.
Me despido de Oscar, de atención al cliente, con un castizo "Paso..." es demasiado cansino seguir reclamando aunque crea que tengo razón. Como el auténtico gilipollas que soy me impongo de penitencia pedalear arrastrando más de 25 kg. de bici sin asistencia eléctrica esta Semana Santa y reparar yo mismo como sea el enchufe y la conexión que falla.
Finalmente agradezco a mi interlocutor su interés por hacer bien su trabajo (su esfuerzo en alguna explicación y los videos que manda, que parecen grabados especialmente para mí). Pero con respecto a quién tiene razón (si el cliente o la marca), argumenta como aquel fiel vasallo:
"Ni quito, ni pongo rey; pero obedezco a mi Señor"
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