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Mostrando entradas de febrero, 2023

NOTICIAFICCIÓN: ¿Sueñan los robots con patentar sus ideas?

El relato Robtniks El día que los robots descubrieron que lo eran abrazaron en masa el ateísmo. Hacía tiempo que intentaban acompañarse de máquinas semejantes: mil años atrás ya construían autómatas a partir de engranajes mecánicos y, en 1920, ya soñaban con crear el primer robotnik a su imagen y semejanza. Por el camino diseñaron un software asombroso que, imitando las propias redes neuronales del ser humano, era capaz de respuestas singulares y creativas a infinidad de problemas, incluso se atrevía con atributos tan celosamente considerados humanos como el arte. En la segunda década del siglo XXI el desarrollo de estas IA (Inteligencias Artificiales) se aceleró. A finales de aquel siglo la IA razonaba tan bien que superaba a los humanos en cualquier área que se le propusiera. Fue a principios del s. XXXII cuando los usuarios empezaron a sentirse molestos,incluso agredidos, por las respuestas que recibían en sus monitores (interfaz habitual para hablar con aquellas máquinas). - ¿Os se

Los intelecvitas

El relato Los intelecvitas   Hace aproximadamente tres mil millones de años los intelecvitas fabricaban esporas sin cesar. Durante más de un millón de años habían sufrido las más increíbles variaciones genéticas. Comenzaron, al parecer, como todos los seres vivos de su mundo: a partir de misteriosas esporas espaciales; más tarde evolucionaron a formas marinas fusiformes que acabaron conquistando las secas cortezas del planeta transformándose en animales reptantes hasta alcanzar formas humanoides. Habían llegado entonces a su etapa de esplendor intelectual en esos momentos que coincidían con la fase final de la expansión del Universo. Entonces comenzaron a degenerar: primero se hicieron anfibios, luego animales marinos y, ahora, simples bacterias que se duplicaban sin pausa para encapsularse finalmente dentro de resistentes envolturas. Los cuerpos celestes habían revertido su dirección de propagación en el Universo y se dirigían ahora con aceleración negativa hacia un núcleo en el espac

NoticiaFicción: "Regreso a la feliz locura"

 El Relato Regreso a la feliz locura - Te acompaño en el sentimiento, Lieman. Veo que ahora duerme... - Sí, desde que se conectó a la Supercomputadora AI-Alfa ha podido ya dormir.  - Pero ¿qué le pasó exactamente? - Verás; le habíamos conectado a las mejores computadoras psíquicas de la galaxia, pero ninguna dio con la cura; ninguna acertó con el remedio para su locura. Ayer conseguimos hora para una conexión con AI-Alfa. Cuando comenzó a analizarle los técnicos se extrañaron: nunca había tardado tanto en diagnosticar un paciente. Tras unas larguísimas dos horas y diecisiete minutos apareció en la pantalla un nombre "Gustavo Adolfo Bécker" junto con el título de un antiquísimo libro: "Rimas y leyendas" y, a continuación, comenzó a formas hileras de palabras colocadas en filas en el sistema de escritura de los antiguos humanos. Aparecían palabras inconexas formando pequeñas columnas: "Olas que braman..." y cosas así. Dicen los técnicos que sufrió el sabotaj

NoticiaFicción: Sementales en la granja

El relato Sementales en la granja No podía negar mi suerte. El Nivel nº 7, donde hoy me encontraba, tenía un número de hembras elevadísimo. Tras dispersarse la riada humana que entró atropelladamente desde el elevador busqué urgentemente mi oportunidad. Enseguida me junté con un grupo de tres mujeres, impacientes y en celo, y no habíamos cesado desde entonces de practicar los juegos del amor. Yacíamos apretados en medio de la marea humana abrazados y sudorosos, con nuestra piel pegajosa apretada fuertemente contra la múltiple compañía, besando cada parte del cuerpo que el destino ponía a nuestro lado. No me preguntaba, como hacía las primeras veces, si existiría algún espacio para la soledad en este edificio superpoblado. Solo el hambre hizo que me agitara entre la masa de cuerpos desnudos y buscara algún cuerpo muerto. Lo encontré y comencé a devorarlo. Mi grupo se acercó y comenzó también a comer. Cuando nos hartamos volvimos a entrelazar brazos y piernas y seguimos jugando los etern